- Todos los docentes deberían estar familiarizados con las TIC y su uso didáctico, y verlas como aliadas, no como enemigas.
- Si hay múltiples problemas (pocos ordenadores, mal funcionamiento, Internet lento, materiales didácticos poco acordes a lo que necesitamos…) el esfuerzo resulta exagerado y se ve más conveniente seguir con la tiza y los métodos tradicionales.
- Si falta formación TIC, que conlleva poco conocimiento de sus ventajas, dificultades e inseguridades, resultados pobres…, habrá una actitud poco favorable hacia su uso.
- Hay quien piensa que las TIC no aportan nada nuevo, que no hay nada que se pueda hacer con TIC que no se pueda hacer con métodos tradicionales. Conviene que vean y comprueben como sesiones con TIC mejoran motivación, participación, resultados…
- Además hay miedo al cambio que supone abandonar los métodos tradicionales, resistencia a la incomodidad inicial que puede comportar, tecnofobia, inmovilismo...
- A veces, aún sin convencimiento total, el profesorado se ve abocado a cambiar: llegan nuevas infraestructuras, los compañeros ya usan las TIC, presión de los alumnos, las familias la dirección…
- El cambio ya lo impone la realidad social; ahora se trata de buscar un método (sencillez, oportunidad…) para que se generalice lo antes posible a todos los centros.
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